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José Manuel García Marín

Los mexicanos nos conquistaron

Los mexicanos nos conquistaron

   Del tamaño de un gorrión, el pequeño pájaro carmesí se posó en el alero de una de las largas filas de bungalows de mi hotel. Me paré a contemplarlo, admirado de la vivacidad de su color. Él, a su vez, reparó en mí. Tal vez no le gusté, o le inquieté, y echó a volar como un rubí alado. Lo vi perderse. Un punto rojo en el limpio cielo azul. Aquel de Guadalajara –pensé-, no se diferenciaba de mi cielo andaluz. La hospitalidad mexicana, tampoco.  

   En la XX Feria Internacional del Libro de Guadalajara, los andaluces fuimos acogidos con verdadero entusiasmo. Cincuenta mil personas entraban (pagando) a diario en el enorme recinto, recorrían los stands, grandes, como tiendas, y formaban colas en las cajas, para comprar libros; acudían a los actos, rebosantes las salas de público, o a que los autores del otro lado del Atlántico les firmaran una dedicatoria. ¡Cuántas manos estrechamos!

   Andalucía, previéndolo, derramó, entre el gigantesco mosaico de expositores, a sus poetas, novelistas, narradores, ensayistas... y a sus músicos, cantantes, bailarines y hasta a su eminente hijo adoptivo, José Saramago, quien dijo haber observado que el brillo de Andalucía « ...a veces impregna cada palabra y cada movimiento y puede ocultar algo más profundo».

   Las horas, interminables, de vuelo valieron la pena sólo por ver la avecilla encarnada. Las calles, los edificios monumentales, los coloniales, el teatro, bellísimo, fueron la suntuosa regalía. Con el acogimiento, las miradas, los saludos, la calidez de las sonrisas, los mexicanos... nos conquistaron.

 

1 comentario

Magda -

Gracias querido José Manuel. Este país, y tus amigos y amigas mexicanas, espera y desea que regreses muy pronto, te esperamos con los brazos abiertos.

Un beso