Homero y los reinos del mar
Ayer, día 26, a las 20:00, tuve el placer de presentar la nueva novela de José Ferrer, en la FNAC de Sevilla, «Homero y los reinos del mar».
«Homero y los reinos del mar», a grandes rasgos, es un viaje en medio de un tiempo de transición de la humanidad. El argumento se desarrolla entre el fin de la cultura micénica y el comienzo de la civilización griega. Una Edad Oscura, un período en el que la escritura desaparece y el mundo retrocede avasallado por los llamados Pueblos del Mar y la irrupción de los dorios, bárbaros antepasados de espartanos y atenienses. Instalado en ese paréntesis tenebroso, de siglos, en el que previamente ha caído Troya y se han desmoronado los centros de poder como Micenas, Creta y el imperio Hitita, José Ferrer proyecta un sutil mensaje, acaso subliminal, de alerta ante el peligro de los nuevos bárbaros de hoy que, como entonces, atentan contra las conquistas políticas y sociales alcanzadas con tanta sangre y esfuerzo de nuestros antepasados.
Esa época, esa fase estéril del hombre, constituye una base de asiento del esqueleto de la novela, una de las dos ideas principales motivadoras del argumento. La otra es nada menos que la exposición del origen de Tartessos, que el autor, dejando de lado las fabulaciones sobre la Atlántida, Fenicia o las migraciones desde Cornualles, atribuye a la razonable hipótesis de que surgiera como colonia de Focea, basándose en la relación de amistad y alianza entre Jonia y dicha ciudad con el extremo suroriental de la península ibérica, más allá de las columnas de Hércules, y las concomitancias de lengua, fabricación de objetos de culto, como los «obeloi», o la veneración a diosas como Astarté, que no es más que la Hestia jónica.
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