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José Manuel García Marín

El puente que fue romano

El puente que fue romano

 

     Siempre me ha parecido un misterio el hecho de que las ideas más estúpidas, más ramplonas, sean las que con más facilidad -y con celeridad, diría- se ponen en práctica. Sólo acierto a imaginarme una reunión en una sala de consejos donde, todos borrachos, únicamente se aceptara el estólido proyecto de aquél capaz de levantarse, a pesar de la dificultad que conlleva el consumo desmedido del alcohol, acaso como premio a su virtuosismo en cuanto a mantener el equilibrio.

     Un ejemplo de estas luminosas ideas ha sido la "ejemplar" restauración del puente romano de Córdoba, al que algún cordobés, con el humor con que los andaluces nos tomamos lo irremediable, ha bautizado como "el puente IKEA", en un alarde gráfico-descriptivo imposible de superar.

     Es cierto que, el puente, no estaba en las mejores condiciones y que necesitaba una restauración que, si bien rima con destrucción, no es suficiente la consonancia para llevarla a cabo de manera tan resuelta. Creo. Claro que, yo no bebo.

     En definitiva: han cortado el tráfico del puente (la única medida feliz); pero, han sustituido los pretiles por unos nuevos, muy asépticos, ellos, que parecen de plástico; han colocado una solería (de industrial, la ha calificado otro cordobés), que dan ganas de encerarla. Ya, ya, que los adoquines que tenía no eran romanos. Es verdad, pero ¿y haberlo empedrado, como tenían por costumbre aquellos padres de nuestro pasado? Y, lo mejor, han eliminado las farolas (tampoco romanas, claro) por unos "bellos fanales", que dice el informe ICOMOS, situados en pleno suelo, que nos aproximan más al histórico pasado, cuando los carros y rebaños atravesaban el puente con delicadeza extraordinaria para no llevárselos por delante. ¿No es fantástico? Y sólo por 13,5 millones de euros (2.246.211.000 Pts.). Eso es lo que ha costado este magnífico diseño/chapuza que, además, ha conseguido aunar las opiniones de IU y del PP, en contra, naturalmente. Deberíamos celebrarlo. Yo mismo, esta vez lo merece, me tomaría una botella entera de Montilla, trataría de levantarme del asiento -la aceptación de mi idea me iría en ello- y brindaría por tirar al brillante arquitecto, a los que han aprobado tan sublime proyecto e incluso a sus ejecutores, desde esos novísimos pretiles del puente, con una pesada piedra colgada de sus cuellos en la que, previamente, se hubiera grabado la fecha de la inauguración. ¿Nos tomamos una copita?

Para leer el informe ICOMOS:

http://josemanuelgarciamarin.blogspot.com/2009/03/el-puente-ikea-de-cordoba.html

 

 

6 comentarios

Blanca Miosi -

No sé por qué no salió mi comentario anterior.
Lo repito: Legué aquí atraído por tu exitosa novela "La escalera del agua".
Con respecto al puente en cuestión, te diré sinceramente que no me agrada, no sé cuál sería su aspecto antes de la remodelación, pero tal como se ve en la foto, parece un puente sin acabar, cuyos faroles están colocados como por compromiso. Al principio me parecieron dibujos, después simpleas farolas plásticas. Comparto tu disgusto.

Saludos,
Blanca

Cristina Monteoliva -

Veréis, amigos que leáis esto: yo soy sexitana, es decir, procedente de un pueblo de la costa donde, desde que se remonta mi memoria, ha estado el mismo alcalde amante de las aberraciones urbanísticas (con un par de periodos de ausencia).
Hace unos años, a alguien le dió por restaurar el Castillo de San Miguel. Pero a su aire, por supuesto: la cosa ha quedado con parches por doquier y símbolos que dan miedo... Cuando mi antigua profesora de historia del instituto nos contaba como debería haberse hecho y como se hizo, ganas daban de llorar.
Así que no sé como era antes el puente romano de Córdoba, porque cuando fuimos, hace un par de años, estaba precisamente en obras. Pero empatizo, empatizo...¡Vaya que si lo hago!

RAFAEL CARABIAS TEBA -

¡ no me digas más , amigo Jose Manuel ... que hoy es lunes y no están las neuronas para "altas cavilaciones"... que la semana "santa" está cerca y , con la explosión polínica de la irreverente primavera , me traerá añejos aromas de cera e incienso ... que , además ,la banca tiene ganas de "levantar cabeza" y recuperar así la malograda economía ( ¡ con lo bien que nos "iba yendo" a los pequeños consumidores ! ) ... que , tras uno de los anuncios más trascedentales de "nuevos caminos" de curación de enfermedades , vienen ciertos capitostes religiosos y nos lo quieren "descafienar" , diciendonos que los niños con males "incurables" ( como la leucemia) nacieron "providencialmente" para dar lecciones( a sus padres y hermanos ... a todos ...) de moral sublime , pero no para curarse con el amor "más congénito" de sus padres y hermanos ... de todos ... ¿ qué me cuentas de ese puente romano cordobés ... acaso no sirve para pasar el río ... entonces ... de qué te quejas ...? ...¡ hay preucupaciones más graves y urgentes que la de "protestar" por todo lo que se les ocurre a nuestros insignes "padres de la patria" ... acaso creías que iban a consultar al pueblo , para eso ...? : "los entendidos" en esas cuestiones deberíais agradecerles , a ellos , sus desvelos por conseguir - dia a dia - "nuestra más práctica comodidad" - y dejaros de "monsergas de inadecuaciones o mojones ( ¡ de luz , claro! ) "destripahitoshistóricoartísticos"... ¡ como si esas arcaicas y soporíferas reivindicaciones de ingenuos cultivadores de añoranzas,le importara un bledo al sufrido contribuyente ...
no me hables de puentes vetustos "recien restaurados" ... que hoy es lunes , carajo !

Antonio Enrique -

Ya me percibí del desafuero, poco después de concluir de redactar El laúd de los pacíficos. Pero he de manifestar que mi estupor fue mucho menos violento ya que venía preparado por ese otro horror de la fachada metálica del antiguo hotel Meliá, ahora de los Califas o algo así, para no desmentir la originalidad. No hay manera: éste es el resultado de unos arquitectos sin sensibilidad, ni respeto por el entorno, y de unos políticos, que se proclaman demócratas, pero que, a la hora de la verdad, lo consienten contra el sentir mayoritario de la población. En Venecia, todos los estilos conviven, de manera que la diversidad contribuye a una armonía sui generis. Pero estos zotes no entienden; creen que la modernidad es este espanto minimalista de saloncito pequeñoburgués, con esos fanales a la altura de los testículos, para dejárselos ahí al primer descuido. Y esa polución lumínica, que impide ver el cielo. Pero lo peor es que querían estos bárbaros talar la ribera, para que los árboles no turbaran diseño tan prodigioso desde lejos. Lógicamente, se les echaron encima no sólo los ecologistas, sino los cordobeses de bien. ¿Cómo hablar a estos arquitectos de la escritura del viento y del agua, impresa en los antiguos pretiles? Esa arquitectura de ellos cabe en un contexto nuevo, pero no dialoga con ningún otro, por lo que es aparte, en un barrio de arquitectura reciente. Pero no va en ese lugar, seguramente el emplazamiento más bello y sagrado de la Bética. La cosa es clara: si se votó esa alcaldía, aguantarse. Así están las cosas. ¿Debate en Córdoba? ¿Patrimonio cultural? ¿Qué patrimonio ni cultura, cuando la política es de hechos consumados? Al españolito de a pie sólo le cabe pagar y callar.

Pompeyo -

Hubo, hace años, quien en "La Roja" quiso quitar los "signos fachas y fascistoides"(escudo y flechas) que había en algunos techos de La Alhambra. Con mentalidades de este tipo no te extrañes de estos casos. Recemos (todos) en la Mezquita de Córdoba para que algún "inteligente inspirado" no convierta la Mezquita en un McDonalds. Estamos en manos de....(lo dejo a vuestra elección.. Me pregunto por nuestra parte de reponsabilidad: ¿tenemos lo que merecemos?
Felicidades por la crítica.

Jvi -

Muchas gracias, me das un alegrón. Es reconfortante saber que el progreso y la modernidad siempre acaban por imponerse. Te he "pinchado" en mi blog. Un abrazo.
http://delcanioalcoro.wordpress.com/2009/03/15/un-puente-que-fue-romano/