El convento de Santo Domingo el Antiguo (Toledo)
Próximo a la plaza de Padilla, a este convento de monjas cistercienses se le visita por el atractivo de contemplar tres obras auténticas de El Greco que están expuestas en la iglesia, obra de Juan de Herrera. Este es objetivo suficiente, pero la visita continúa, y es entonces cuando lo inesperado se transforma en gratísima sorpresa, porque en el trascoro nos aguardan multitud de objetos, obras de arte y curiosidades admirables, como el documento fundacional, en pergamino ovalado, que se encontraba dentro de una caja de la misma hechura que contenía sellos de cera, partidos al abrirla; unos artesonados espléndidos, piezas textiles de terciopelo y brocado -en especial el del Agnus Dei-, relicarios, el comulgatorio, la mínima salita en la que, a través de una rejilla, el sacerdote daba la comunión a las religiosas... No digo más, mejor es ir y disfrutarlo (de esta ciudad, la de mayor número de monumentos por metro cuadrado de Europa, este convento, aun estando dentro del circuito turístico, es posiblemente el menos visitado). Como muestra dejo aquí la foto de este delicioso armario de 1757, cuya función era la de archivo de legajos, que puede verse en la última sala.
Domenico Theotocópuli pidió ser enterrado aquí, y en la cripta se encuentran sus restos, muy cerca del claustro... el Claustro del Laurel.
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